miércoles, 13 de julio de 2022

Oscar Wilde, Altruismo y Propiedad Privada

    La mayoría de la gente arruina su vida por un malsano y exagerado altruismo; en realidad, se ven forzados a arruinarse así. Es inevitable que se conmuevan, al verse rodeados de tremenda pobreza, tremenda fealdad, tremenda hambre. 
    En el hombre las emociones se suscitan más rápidamente que la inteligencia […] es mucho más fácil solidarizarse con el sufrimiento que con el pensamiento. De esta forma, con admirables aunque mal dirigidas intenciones, de forma muy seria y con mucho sentimiento la gente se aboca a la tarea de remediar los males que ve. Pero sus remedios no curan la enfermedad: simplemente la prolongan. En realidad sus remedios son parte de la enfermedad. Tratan de resolver el problema de la pobreza, por ejemplo, manteniendo vivos a los pobres o, como hace una escuela muy avanzada, divirtiendo a los pobres. Pero ésta no es una solución, agrava la dificultad. El objetivo adecuado es tratar de reconstruir la sociedad sobre una base tal que la pobreza resulte imposible. Y las virtudes altruistas realmente han evitado llevar a cabo este objetivo. Así como los peores dueños fueron los que trataron con bondad a sus esclavos, evitando de este modo que los que sufrían el sistema tomaran conciencia del horror, y los que observaban lo comprendiesen, igual sucede con el estado actual de cosas en Inglaterra, donde la gente que más daño hace es la que trata de hacer más bien; […] la caridad degrada y desmoraliza. […] Es inmoral usar la propiedad privada a fin de aliviar los terribles males que resultan de la misma institución de la propiedad privada

-Oscar Wilde, El alma del hombre bajo el socialismo y notas periodísticas, Biblioteca Nueva, Madrid, 2002, p. 15.

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