–Si hay algo que debe tener en cuenta al momento de analizar La hora de los hornos es el contexto político y social de entonces. Aun así, ¿cree que tiene vigencia cincuenta años después?
–Algunas tesis políticas siguen teniendo vigencia porque son estructurales y la Argentina no cambió. La Argentina neocolonial, dependiente no cambió. Los críticos de La hora de los hornos decían: “¡Qué disparate! ¡Que nosotros debemos 6 mil millones dólares!”. Se debían 6 mil millones de dólares el año en que yo terminé la película. ¡6 mil millones de dólares! El otro día se fueron 10 mil millones de dólares en una semana. Argentina debe 400 mil millones de dólares. Hace veinte años que debe eso. Paga y la vuelven a endeudar. En 1969, cuando se pasó en Cannes, algunos medios argentinos dijeron: “¡Qué disparate! ¡Argentina no es ese infierno que marca la película! Argentina no es esa imagen de pobreza, de subdesarrollo!”. Una semana después del Festival de Cannes del 69, ardía Córdoba.
–Algunas tesis políticas siguen teniendo vigencia porque son estructurales y la Argentina no cambió. La Argentina neocolonial, dependiente no cambió. Los críticos de La hora de los hornos decían: “¡Qué disparate! ¡Que nosotros debemos 6 mil millones dólares!”. Se debían 6 mil millones de dólares el año en que yo terminé la película. ¡6 mil millones de dólares! El otro día se fueron 10 mil millones de dólares en una semana. Argentina debe 400 mil millones de dólares. Hace veinte años que debe eso. Paga y la vuelven a endeudar. En 1969, cuando se pasó en Cannes, algunos medios argentinos dijeron: “¡Qué disparate! ¡Argentina no es ese infierno que marca la película! Argentina no es esa imagen de pobreza, de subdesarrollo!”. Una semana después del Festival de Cannes del 69, ardía Córdoba.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/120359-es-una-reflexion-sobre-la-identidad-y-el-proyecto-argentino